La Publicidad y la Construcción de Masculinidades en el mundo cola

Desde los procesos de identificación cuando transitamos la niñez, hasta el presente, nos exponemos intensamente a una perspectiva visual y sociual de lo que es belleza y lo que es masculinidad, e impacta significativamente la autoimagen identitaria y corporal de los hombres en general, y de la comunidad cola. Podría considerarse un reflejo distorsionado de la realidad, donde las nociones de perfección se alinean, mayormente, con intereses comerciales en lugar de reflejar la diversidad de corporalidades y culturas humana. ¿Qué implicancias puede tener esto para los hombres cola?
Un Estándar Único en un Mundo Diverso
Históricamente, la publicidad ha creado y reforzado un estándar hegemónico de belleza singular: el joven, muscular, y caucásico. Este arquetipo, heredado de la colonialidad, se promueve masivamente en revistas, letreros publicitarios, televisión y muy masivamente en redes sociales. Para muchos colas, estas representaciones actuan como un cierto espejo, cruel, que resalta lo que no encajan en ese molde singular de ideal corporal. Se nos bombardea con un estereotipo muchas veces inalcanzable, que termina generando una sensación de normalización. De norma o normalidad. Al perpetuar esta imagen, se ignoran, casi por completo, las variadas expresiones y formas del cuerpo humano construyendo una idea social de lo que es normal.

Un Arma de Doble Filo
Aunque el reconocimiento de los cola en los medios de comunicación contemporáneos se puede visualizar como una especie de victoria, es crucial preguntarnos: ¿qué tipo de representación tenemos? Muchas veces, la publicidad explota la diversidad con el objetivo de ampliar su ganancia y atraer consumidores, perpetuando elementos trascendentales del pensamiento hegemónico estereotipado, y termina aplicando un filtro que elimina las imperfecciones y la autenticidad para presentarnos nuevas normalidades, incluso de como es ser gay en un contexto de éxito capitalista. Esta corriente sin duda tiene eco en la autoimagen de muchos de nosotros, y en la construcción de identidad en la comunidad. Ya sea por la disonancia que cada uno puede sentir respecto al arquetipo gay, o bien en cómo la propia comunidad interactúa perpetuando lo que se espera que seamos al ser gays. Se constituyen incluso nuevas fórmulas de exclusión o pertenencia, a propósito de la inclusión de la comunidad en los medios masivos publicitarios. Recordemos siempre que el objetivo de la publicidad jamás será reivindicativo, si no que apunta a la acumulación de capital.
Espacios de Resistencia y Autenticidad
En medio de este mar de imágenes uniformes, las colas encontramos formas de agrietar las representaciones convencionales y construir una identidad anclada en nuestra diversidad. Ellxs tienen la publicidad, nostrxs el arte, que bien puede ser nuestro puño en contraposición a las representaciones homogéneas de la publicidad, ofreciendo diversas plataformas para explorar y celebrar identidades queer hacia “dentro y fuera” de la comunidad cola. A través de distintas manifestaciones artísticas, se desafían los ideales tradicionales de la hegemonía, reivindicando narrativas históricamente ignoradas. El arte puede ser visto -y es en la práctica- un vehículo de liberación y resistencia que promueva un entendimiento inclusivo de las masculinidades queer y la diversidad, confrontando los estándares limitantes de la cultura visual dominante.
¿Y qué entonces?
En la búsqueda de un mundo más auténtico y adecuado para nuestro bienestar común, es fundamental desarrollar un arte que desafíe los tabúes sociales y reivindique la libertad de ser hombre cola sin anclarnos a mandatos instalados por el capital. Las estéticas diseñadas para la acumulación, diseñan nuestra propia estética y relacionalidad. Un camino artístico puede aportar enormemente a la construcción de una estética muy otra que cuestione los estereotipos mercantiles que nuestra comunidad ha tendido a adoptar en su búsqueda de pertenencia y reconocimiento, que, desde mi perspectiva, nos alejan de la conexión y la afectividad genuina que definen el sentido real de comunidad. Invito a expresarse, canalizar los sentires en el arte, reivindicar nuestras trayectorias de vida como parte de esta comunidad, cuestionarse el querer ser, y empaparse de los numerosos y riquísimos trabajos críticos en todos los matices de las artes que ya circulan entre nosotros.